Existen quizás tantas definiciones de la Felicidad como personas
y escuelas filosóficas, así que la Felicidad puede ser un estado de ánimo, una
meta, un deseo universal, una
anticipación de refuerzo, etc, etc.
Bajo el punto de vista del psicólogo Rojas Marcos, él expone
tres indicadores de felicidad:
Ø Una
Autoestima Favorable
Ø Un
sentimiento de Control Interno de nuestra propia vida
Ø Un
Talante Optimista y Comunicativo
Ø Una
buena Capacidad para Adaptarse a los Cambios y a los retos
A lo que podemos añadir
lo postulado por Viktor Frankl respecto a:
Ø Buscar y encontrar un sentido a la existencia
Si unimos todos estos preceptos tendremos un bosquejo de la
guía que nos puede ayudar a ser más felices “con frecuencia”.
Y digo con frecuencia
porque la Felicidad no es un estado permanente al que se llega y ya está, sino
porque la Felicidad está constituida por momentos puntuales que tenemos a lo
largo del día y que hemos de empezar a reconocer.
Sé que parece que si pasan cosas desagradables, nuestros
pensamientos necesariamente serán negativos… pero en realidad siempre estamos
eligiendo, aunque sea de una manera inconsciente.
Muchas cosas maravillosas suceden todo el tiempo. Son
pequeños milagros, que normalmente pasamos por alto por considerarlos
ordinarios, con los que podemos despertar en nosotros una permanente emoción de
gratitud.
Aunque le parezca difícil, voy a dar algunas Instrucciones
para sentirse bien:
Serénese, aquiétese, relájese.
Sonría levemente.
Experimente asombro por estar vivo, por sentir, por pensar…
Mire, toque, escuche, todo lo que le rodea.
Abra y cierre los ojos.
Respire el aire
Mantenga encendida la gratitud alimentándola con esos
incontables milagros cotidianos.
Recuerde: corrió por una playa alguna vez?, le hicieron un regalaron
inesperado? recibió un beso?.
Piense en
sus amigos, en sus amores, en sus mascotas. Piense en sus padres y en sus
hijos…Sienta las emociones que estos pensamientos le traen.
Ahora no piense más.
Bien, esa es la emoción.
Experimente esa serena alegría, reténgala, recuérdela.
Mientras permanezca en ese estado su cerebro estará generando endorfinas (sustancias
que generan una sensación de placer)
El desafío es conservar la felicidad aún sin regalo, sin
besos y sin playa: ante todo descarte inmediatamente el dolor por lo que pasó y
la preocupación por lo que vendrá. Y luego, para que nunca le falte, comparta
su felicidad generosamente con todos los demás.
Aportaciones de Axel Piskulic
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