domingo, 5 de mayo de 2013

Claves para llevarnos bien con nuestros hijos adolescentes


§  Para Fortalecer la relación padre-hijo, intenta tener momentos agradables y distendidos con ellos, fomenta la comunicación, entabla conversaciones que no tengan que ver con temas de discordia (estudios, desorden, amigos que no nos gustan). Relaciónate sin más con él, y evidencia que disfrutas de esa relación. Muéstrale sinceramente tu afecto.

§  Haz equipo con tu pareja: Los padres debemos funcionar como un equipo fuerte y unido. Marcar de mutuo acuerdo  el criterio educativo a seguir y procurad no desdeciros nunca delante de los hijos.

§  Delegar de manera gradual la toma de decisiones en tus hijos: Permite que ellos tomen decisiones desde pequeños, Hay muchos temas sobre los que ellos pueden ir decidiendo, como por ejemplo, la ropa que se quiere poner un día, las optativas que quiere seguir en 4º de la ESO, la decoración de su cuarto, los horarios de estudio… Acepta las decisiones que tus hijos van tomando, a pesar de que no sean las que a ti te hubieran gustado, y deja que tus hijos vivan las consecuencias de las decisiones que han adoptado.

§  Traspasarles algunas responsabilidades: Cuando los hijos son niños, los padres asumimos muchas funciones que, ahora que son adolescentes, les podemos ir delegando.  Hay muchas cosas que nuestros hijos adolescentes ya pueden hacer como: despertarse por sí mismos, preparar su desayuno, ordenar la ropa en su armario, hacer sus deberes, llevar las llaves de casa y manejar su dinero. La asunción de estas responsabilidades les hará más maduros y autónomos.

§  Consiente que tus hijos vivan las consecuencias de sus decisiones y sus comportamientos: Hacerse responsable implica tomar decisiones y comportarse libremente; pero esto también conlleva asumir las consecuencias que generan esas decisiones y esos actos. Cuando tus hijos tomen una mala decisión, no pretendas ahorrarle todas las dificultades ni pretendas resolver todos sus problemas; Las consecuencias de sus actos y de sus decisiones van a ayudarles a aprender de sus errores,  No les sermones.

§  Establecer unas normas y unos límites: Los adolescentes necesitan que les impongamos unos límites razonables, similares a los que tendrán que enfrentarse en el mundo adulto. por ejemplo, podemos establecer un respeto y un orden en los espacios familiares comunes, un control de sus gastos, unos horarios de llegada pactados y que estudien o trabajen. Estos límites van a ayudarles a adaptarse mejor a la realidad, indicándole lo que pueden y no pueden hacer, lo que es negociable y lo que no lo es.

§  Evita entrar en batalla con tus hijos: Cuando un adolescente se pone terco sobre algún tema, sermonearle ó entrar en luchas de poder con él, no le va hacer cambiar de criterio. Más bien ,al contrario, es posible que se ponga a la defensiva y adopte una postura rebelde y contraria a todo lo que le digamos.
Así que cuando entramos en una batalla sin fin, es mejor interrumpir la disputa y dejar que vuestro hijo se calme; cuando esté más calmado, seguramente se muestre más receptivo a aquello que le queremos transmitir. 

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